
Casa LSVD
Este ático tenía una terraza extraordinaria, pero una distribución muy poco aprovechada: un único dormitorio, un invernadero que bloqueaba la luz y un solo baño. La reforma lo transformó por completo, creando dos dormitorios con dos baños y abriendo el salón hacia la terraza para unificar interior y exterior en una única zona de día amplia, luminosa y llena de continuidad visual. El resultado es un ático que, por fin, está a la altura del espacio exterior que lo rodea.


La terraza se renovó por completo para convertirla en una extensión natural del salón. Se instaló un solado de gran formato, continuo y muy limpio, que aporta serenidad y amplitud. Para mantener una estética impecable y máxima comodidad al pisar descalzo, incorporamos un desagüe lineal oculto, ejecutado con el mismo material del solado, prácticamente invisible. La iluminación se resolvió con luces bajas ambientales que generan una atmósfera cálida y envolvente al atardecer. Todo ello pensado para disfrutar de las vistas increíbles que tiene.





Los dos baños comparten un diseño coherente y atemporal: porcelánico neutro de gran formato, griferías negras y una estética limpia que amplía la sensación de espacio. En cada uno se diseñó un mueble a medida para aprovechar al máximo cada centímetro, y ahora la vivienda cuenta con dos baños completos, uno de ellos con la torre de lavadora y secadora perfectamente integrada.

La cocina original estaba encajonada en una planta irregular y claustrofóbica, sin luz, sin vistas y con un pilar mal resuelto en pleno centro. Ahora forma parte del gran espacio de salón-comedor, integrada de forma natural y abierta hacia la terraza. Gana luz, amplitud y una conexión directa con el exterior, y se convierte en una cocina cuidada, práctica y cómoda para el día a día.


La distribución se reorganizó por completo para crear dos dormitorios dobles, luminosos y bien proporcionados. Cada uno incorpora armarios a medida que aprovechan todos los huecos disponibles, logrando una imagen limpia y ordenada. La luz natural, el suelo de madera cálida y la climatización por conductos —discreta y silenciosa— aportan un confort continuo en cualquier época del año.




